VECINOS PERO NO TANTO.
Categoría: Legalidad
Las personas tenemos una característica muy particular y que se puede observar muy fácilmente. Cuando nos reunimos con otras personas, siempre dejamos un lugar entre nosotros y nuestros compañeros. Esta distancia sirve como un espacio de protección, somos celosos de nuestro propio espacio y no nos gusta que nos lo invadan. Esta actitud es, sólo a veces, la misma actitud que tenemos en nuestra comunidad.
Las malas relaciones de vecindad como resultado de este comportamiento sólo ayuda a dificultar aún más la gestión de la comunidad, a tener menor relación entre vecinos, y a arrastrar y retrasar las decisiones que afectan al grupo.
Tener buena relación con los vecinos favorecería la comprensión de unos a otros, además de ahorrar tiempo en las decisiones comunes, sobre todo aquellas referidas a la economía de la comunidad.
Para lograr este entendimiento es necesario un cambio de actitud. Un cambio en el que seamos capaces de sentarnos junto a cualquier vecino en cualquier circunstancia. La disminución de ese espacio que nos rodea y nos impide el entendimiento, hará que nos abramos al que tenemos cerca y así, conseguir mayor proximidad con él, tanto espacial como afectiva.
Para las personas que crean lazos de amistad en todo el mundo, resulta posible, una actitud natural. Los resultados de este cambio de percepción de las relaciones puede reportarnos verdaderas ventajas. El bienestar, la comodidad y la integración que promueve el respeto mutuo y la sana convivencia entre iguales.